El trigo es el cultivo de fina por excelencia en nuestro país. El área sembrada con esta gramínea se extiende desde el núcleo de la región pampeana hacia el sur, destacando el sudeste y oeste de la provincia de Buenos Aires, junto con el este de la Pampa. También se siembra en gran parte de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. Cabe destacar que, en los últimos años y producto del avance genético, es cada vez más frecuente encontrar hectáreas sembradas hacia el norte de nuestro país, especialmente en la región chaqueña.
Una forma sencilla de expresar el rendimiento de un cultivo surge de la multiplicación del número de granos por m2 por el peso de los granos. Para alcanzar un trigo de alto potencial, es necesario favorecer estos dos factores, siendo el número de granos, el que influye en mayor medida en el rendimiento final del cultivo. Para esto, se vuelve fundamental interpretar cuáles son los momentos del cultivo que generarán un mayor impacto en dicho indicador (número de granos).
- 1ra etapa- Establecimiento (ES) hasta Pre- Macollaje (PM) y Macollaje
Durante el Establecimiento (ES) hasta el estadio de Pre-macollaje (PM), es donde se definen el numero potencial de plantas*m-2 del cultivo. Durante el Macollaje (MC), la planta principal comienza a definir el número de espiguillas que tendrá por espiga, las cuales darán potencialmente granos en las siguientes etapas. A su vez, el tallo principal genera nuevos vástagos (macollos) que también diferenciarán nuevas espigas con sus respectivas espiguillas, siendo esta una fase de altos requerimientos.
- 2da etapa- Encañazón (EN) y Antesis (AN)
Aquí quedan definidas el número final de flores cuajadas y de espigas por metro cuadrado, y con esto el número total de granos por m2.
- 3era etapa- Etapa de Llenado (LL)
Finalmente, en la Etapa de Llenado (LL) se define el peso de los granos. De esta forma, se vuelve evidente que el principal componente que podría hacer variar más significativamente el rendimiento en un cultivo de trigo es el número de granos, ya que son muchas las etapas fenológicas que pueden afectarlo (Figura 1).
Figura 1: Etapas del ciclo del cultivo y generación de componentes del rendimiento.
La importancia de una correcta nutrición para aumentar el número de granos
Definidas las etapas del cultivo que tendrán efecto sobre el número de granos, queda establecer cuáles son las herramientas de nutrición que impulsarán positivamente a este indicador.
En primera instancia, para impactar sobre el número de granos por m2, se debe tener en cuenta la importancia de lograr una buena provisión de Fósforo (P) de manera temprana, favoreciendo de esta manera un crecimiento radical saludable que asegure una mayor exploración del suelo, contribuyendo con una mejor absorción de agua y otros nutrientes. Además, el P es fundamental para promover la generación de macollos.
También es importante el aporte temprano de Zinc (Zn), ya que este micronutriente es necesario para obtener un óptimo crecimiento radical y asegurar una buena implantación del cultivo.
De esta forma, con una nutrición balanceada de P y Zn se propicia un cultivo con más número de macollos y un sistema radical desarrollado, capaz de sostener la biomasa generada. Este impacto positivo sobre el número de macollos por m2 finalmente beneficia el número de granos por m2, ya que afecta al número de espigas por m2.
Por otro lado, la fertilización nitrogenada (N) es vital para potenciar el número de granos por m2. Una correcta provisión de N asegura altas tasas de fotosíntesis y expansión foliar, fundamental para alcanzar el Índice de Área Foliar (IAF) crítico. Así, se maximiza la intercepción de radiación y su eficiencia de uso, lo que permite mantener elevada la tasa de crecimiento del cultivo y proveer la energía necesaria para sostener la biomasa generada.
Para potenciar la fertilización con N, es importante sumar a la estrategia el aporte de Azufre (S). Este nutriente tiene un impacto directo sobre los niveles de fotosíntesis, asegurando que el aparato fotosintético funcione correctamente. Además, el S mejora la eficiencia en el uso del N y aumenta la tasa de absorción de este. Esto es fundamental, para lograr el sostenimiento del número de macollos durante la etapa de elongación del tallo principal (encañazón), momento en el cual se produce el aborto de macollos secundarios. De esta manera, se favorece el número de macollos por m2, lo cual como ya se ha mencionado, contribuye con el número de espigas por m2 impactando positivamente en el número de granos m2.
En Amauta recomendamos Amauta Micro+ Plus, un fertilizante arrancador que provee nutrientes esenciales como N, P S y Zn que, al aportarlos ultralocalizadamente junto a la semilla, potencian una rápida implantación del cultivo, mejorando el establecimiento temprano y el desarrollo radical (Figura 2 y Figura 3). Además, tiene ácidos húmicos y fúlvicos, componentes orgánicos que cumplen la función de bioestimular al cultivo, potenciando el desarrollo y crecimiento de las raíces.
Figura 2: Efecto en el crecimiento temprano de diferentes estrategias nutricionales en el siguiente orden: Control sin fertilizar – MAP100kg/ha –Micro + Plus 35kg/ha –Micro + Plus 40kg/ha.
Figura 3: Efecto en el crecimiento temprano de diferentes estrategias nutricionales en el siguiente orden: Micro + Plus 35kg/ha - MAP100kg/ha.
También desarrollamos Nutribalance, que aporta N, S, Ca y Mg. Gracias a la tecnología Duramon, otorga protección frente al riesgo de pérdida de N por lixiviación. En la Figura 2, se observa un ensayo de Nutribalance 34 (NB34) en trigo, en donde se comparan los rendimientos obtenidos en:
1. Tratamiento control sin fertilización.
2. Tratamiento control fertilizado con urea.
3. Tratamiento control fertilizado con Nutribalance34 con igual aporte de N (kg/ha) que la urea.
4. Tratamiento control fertilizado con NB34 equiparando la dosis de urea en kg de fertilizante aplicados por ha. Es interesante resaltar cómo el aporte de nutrientes balanceado del NB mejora la eficiencia en el uso del N (EUN).
Figura 4. Ensayo de Nutribalance 34 en trigo.
El peso de los granos: las claves de esta instancia
Con respecto al peso de los granos, es vital llegar a esta etapa con un cultivo con buena sanidad y tasas de fotosíntesis adecuadas. Esto permite proveer la energía necesaria para sostener el llenado de los granos y prolongar este proceso en el tiempo, teniendo como resultado mayor peso de grano. Realizar una aplicación de bioestimulantes en esta etapa es clave para favorecer el ahorro energético y la fotosíntesis, lo cual tiene un impacto positivo sobre el peso de grano alcanzado.
Para esto, desde Amauta desarrollamos Superbia, un fertilizante foliar concentrado en aminoácidos libres. La aplicación de aminoácidos implica un rápido aporte energético, el cual acelera el metabolismo vegetal y genera ahorro energético. Al aplicarlo durante etapas avanzadas del cultivo, favorece el proceso de llenado de granos, maximizando el rendimiento alcanzado y la calidad del grano (Figura 3).
Figura 5. Ensayo de Superbia en cebada.
En resumen, la nutrición balanceada es esencial para lograr sinergia entre los nutrientes y asegurar un cultivo saludable, con un crecimiento sostenido que maximice tanto el número de granos alcanzado, como también el peso de grano cosechado.
Bibliografía consultada